Era Rebeca, que desde el viernes no había vuelto a saber nada de Lara, su última conversación terminó con aquello de mándame un whatsapp cuando llegues a casa.- la función "modo avión" del teléfono te viene de perlas, desconectas de todo, te metes entre libros, los deboras, te trasladas a otros mundos, pero no olvides que tienes que afrontar todo lo que está ocurriendo en tu vida- aseveró a Lara.
Lara tenía claro que Rebeca sólo trataba de animarla, pero también sabía que debía aprender a aceptar la nueva situación. Que debía digerirlo, de momento esta en el proceso de masticación.
Complejidades personales a parte, el domingo pegaba sus últimos coletazos. Lo había dedicado a dormir.
Recurrir a los somníferos la ayudaban a evadiese, pero con la certeza que no podía prolongar esa actitud. Avestruz creo que le dicen...
Necesitaba nuevos retos...Entre ellos estaba madrugar y salir a correr, le ayudaría a ordenar sus ideas, dejando de sentirse un bicho raro delante de sus amigos y amigas.
Ojalá pudiera hacerlo...
Tenía que encontrar algo que le ayudara a descargar sus inquietudes.
La crisis económica del país ya había hecho mella en su círculo familiar. Debía encontrar la forma de solucionarlo,tal vez podía pedir algún favor a alguno de los pocos amigos poderosos que aún conservaba. Siendo consciente lo que implicaría hacerlo...
Y más a este tipo de personas que no olvidan que estás en deuda con ellos.
Conocedora de sus opciones, cruzaba los dedos para que la reunión que tenía prevista ( todavía no concretada fecha) pudiera tener la capacidad de convencer y vender sus cualidades profesionales y conseguir un buen contrato al otro lado del charco, al NUEVO MUNDO.
Curiosa coincidencia con el personaje de la novela que Lara estaba gestando, basada en una placentina que había bautizado como Doña Elvira, cuyas andanzas se desarrollan durante el siglo XV.
Tenía previsto embarcarla en una aventura en Perú, donde honorables placentinos conquistaron e hicieron fortuna.
La dificultad de encajar a una mujer en toda esa historia es lo que intentaba desgranar.
Travestirla de hombre, estaba muy lamido en literatura, por lo que estaba buscando nuevas fórmulas para reinventarla y situarla allí con un poder superior al que se presuponía a una mujer, más aún siendo de una clase social no perteneciente a la nobleza.
Pero no podía centrarse, tenía a la pobre Doña Elvira esperando pacientemente sobre su mesilla de noche, hasta que Lara decidiera describir sus andanzas y trazar su camino.
1 comentario:
O me lo vuelves a explicar o no me entero. Que lio me has montado. Muchacha que recién he pasado la gripe y no estoy pa estos trotes...
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